Casa de Suzu

Aunque no escuchó la frase del todo, vio el gesto de Ren y distinguió la palabra "divertido"...¡Pequeño demonio!


Frunció el ceño y arrastró a Ren para sí, tomó el yukata que aún sujetaba Suzu y vistió a su hermano con él.
-Hoy te has pasado, hermano-le reprendió entre dientes-¡¡Castigado!!

Exactamente no sabía cuál sería el castigo, pero ya se le ocurriría algo...más tarde.

Ladeo ligeramente la cabeza y sonrio ampliamente, mirando a los tres.
- Menuda estampa familiar...se ve que os llevais bien - Se giro hacia donde Ky habia puesto las ropas y las cogio, llevandoselas en brazos sin dejar ninguna prenda. Salio por una puerta trasera al jardin para ahi colgar las ropas.

- ¿¡Como que castigado!? Sino hice nada! ¡Solo... solo intentaba animaros por estar en un lugar que no conocemos! -mintió.

Vio como Suzu se iba.

- Va~ no me castigues~ Yo no hice nada muy malo... -dijo, poniendo cara de niño bueno.

Tras poner las cosas a secar volvio sobre sus pasos, volviendo a las termas y asomandose a estas apollandose en la puerta.
- Yo voy a estar en el salon, sois libres de andar por casa como querais, sentios como en la vuestra propia. - Sonrio y desaparecio de la puerta, yendo al salon para una vez alli tumbarse, abriendo ligeramente el kimono por la zona baja para mas comodidad, sintiendo el airecillo que entraba por una de las puertas que daba al jardin, en sus piernas. Cerro los ojos tras acomodarse.

Miró a su hermano fijamente tras marcharse Suzu, y finalmente suspiró.
-Está bien, no hay castigo, pero...no vuelvas a comportarte así-cedió.

Hizo un gesto a sus hermanos.
-¿Tenéis hambre? Llevamos todo el día sin comer...quizás podemos pedirle a Suzu que nos deje utilizar la cocina-les sonrió, aún algo avergonzado.

- ¡Sí! Comidaa~
- Si... ¿nos harás tú la comida?
- ¿Qué comeremos, Ky? -dijo Ren con los ojos iluminados.

Salieron de las termas. Ren cogió a Ran y fueron corriendo al salón.

- ¡Suzu, Suzu! ¿Podemos usar la cocina? -gritó el primero.
- ¿Querrás comer con nosotros? -preguntó Ran, tímidamente.

Está dormida...-pensó Ky al llegar hasta sus hermanos y mirar por encima de sus cabezas para ver a Suzu.
-Shh-les dijo a los otros-.No molestemos. Yo prepararé algo para los cuatro, y que Suzu como cuando quiera, vamos...
Cogió a los gemelos de la mano y los llevó consigo hasta encontrar la cocina. Comenzó a inspeccionar la habitación, buscando ingredientes conocidos para él.
-En un momento estará todo hecho, sólo...nos os mováis de aquí, ¿de acuerdo?-les pidió a los niños.

Los gemelos se sentaron en la mesa. Ran sonreía a su hermano. Ren.. Ren no pudo aguantar más de un minuto sentado.

- ¡¡Vas muy lento!! -se levantó.- Voy a explorar la casa. ¡Ah~!

Ren fue al salón y se tiró encima de un sofá. Empezó a juguetear con un adorno de porcelana que le gustó -algo así como una chica con cara pálida y un vestido como el que él llevaba-. Después lo cogió y fue a enseñarlo a sus hermanos.

- ¡Mirad lo que encontré! -Ren alzó el brazo con fuerza para enseñarles la muñeca.- .Es como... -pero hizo demasiada fuerza y la muñeca le resbaló de la mano para chocarse en el armario que estaba cerca de Ky- Su...zu... -dio unos pasos hacia atrás para volver al salón y que no le echaran bronca...
-Sí, se parecía a Suzu...

Escucho el golpe y abrio los ojos lentamente para despues frotarselos, perezoso.
- Ngg...me dormi... - Se incorporo mientras por el movimiento, el kimono se le habia descolocado, dejnando sus hombros y algo de su espalda a al aire a la vez que las piernas de poco mas arriba de rodilla para abajo. Miro a su alrededor y vio a Ren con gesto de preocupacion pero sin molestarse en arreglar su atuendo.
- Ah, hola Ren - Le sonrio - ¿Te....sucede algo? Ahora mismo escuche un ruido, como algo romperse...es por eso que me desperte aunque... ¿O quizas...fue mi imaginacion? - Llevandose le dedo indice a los labios y mirando hacia el techo.

Ren le miró nervioso.

- S-s-sí, lo soñaste, estoy seguro n-no ha pasado nada... -fue hacia la puerta más cercana que había.- V-voy a dar un paseo, sí... -abrió la puerta y se dio de morros con una escoba. Parecía la habitación de los trastos- Jeje, no es por aquí... -entonces, recordó dónde estaba la puerta y salió. Ahora admitía que sí se había pasado, pero no lo haría delante de su hermano. No, nunca.

Echó a correr en dirección donde habían venido y se escondió entre unos hierbajos. Ahi delante estaba... aquello que llamaban "harem".

- Mmm...no es muy recomendable que un niño ande solo por aqui....hay mucho pevrertido suelto...
Se puso en pie de a misma forma, unicamente apartandose el pelo del rostro y se dirigio hacia el lugar del que escucho que habia sido el ruido. Entro en la cocina y vio a Ran recogiendo algo del suelo con cuidado de no cortarse mientras Ky cocinaba.
- Mmm...huele bien... - Suspiro y sonrio. - Ky, creo que...deberias ir a buscar a tu hermano...salio corriendo y esta no es precisamente una zona muy adecuada para que anden los niños, ya sabes, pervertidos, monstruos y cosas semejantes. - Sin perder la sonrisa, se agacho al lado de Ran con intencion de ayudarle y vio aquello. - ¡Oh! Se rompio... - Vio el gesto de preocupacion ahora de Ran y le aparto las manos para despues hacer un sutil movimiento con las manos y hacer que los pedazos de la figura se fuesen uniendo magicamente con pequeños destellos hasta terminar de una pieza. Se puso en pie y la puso sobre la mesa. - Arreglado - Acariciandole al cabeza a Ran, recordando que dijo que la magia le gustaba.

Ky se había quedado boquiabierto observando la demostración de magia de Suzu. Pero no podía entretenerse...
-¡Ren!-gritó. Apagó el fuego de la cocina y ehó a correr-¡Suzu...cuida de Ran, por favor!-dijo antes de abandonar la casa.
-¡Hermano!-gritó al salir-¿A dónde crees que vas? ¡Ya te dije que no salieras...!

¡¡Y menos con sólo un yukata puesto!!

Por más que miraba a su alrededor, ni rastro del niño...
-¡Ren~!

Ran siguió sentado, asombrado de la magia que usaba Suzu. ¡Quería aprender! Pero quizás solo algunos podían usarla...
Ran sonrió a Suzu y se apoyó en sus brazos, mirándole.

- Oye, ¿cómo... se usa la magia? -dijo en una voz muy flojita. No quería preguntar algo incómodo a Suzu, ni tampoco decepcionarse porque él no pudiera usarla.

Justo entonces, apareció Ren por la puerta, seguido de Ky.
- ¡¡Hemos llegado!!

- Pues algunos nacemos con este don y con el tiempo se va perfeccionando o abandonando. - Le sonrio y despues le puso una mano sobre la cabeza, despeinandole.
Escucho como hablaba Ren diciendo que estaban en casa.
- ¿Que? ¿Al final no ha sido secuestrado por un pervertido? Escaparse un niño solo por aqui es peligroso, asi que no lo repitas, entendido? - Ahora haciendole a este lo mismo que le hizo a su gemelo.

Ran sonrió cuando Suzu le despeinó. Él no podría hacer magia entonces...


Ren llegó medio corriendo a la cocina.
- ¡Claro que no me secuestró ningún pervertido! ¡Le hubiera pateado! Yo no creo que.. vuelva a hacerlo... Por cierto Suzu... -se acercó a él y tiró de una manga de su yukata- Me perdonas por.. haber roto esa figura...?

Depsués recuperó su estado normal de hiperactividad e insolencia.
- ¿Y qué hay para comer? -preguntó, sentándose en la mesa, al lado de su gemelo.

- No pasa nada, esta arreglada - Sonriendo. - Y de todas formas, no me gusta esa figura - Suspirando y encogiendose de hombros. Los utensilios para comer ya estaban puestos, asi que puso la comida en la mesa para poder comer.
- Pues esto - Sonriendo como de costumbre. - Los gemelos se sentaron juntos, por lo que le tocaria a Ky sentarse a su lado, notando su nerviosismo. Sirvio la comida y comenzaron a comer.

Ky comió en silencio, con la cabeza gacha, aún avergonzado por el incidente del baño. Después de un tiempo, por curiosidad e interés, pero más aún por comenzar una conversación amena en la que centrar su atención, preguntó:
-Y...¿llevas mucho tiempo viviendo aquí, Suzu? ¿Es un buen lugar?

Escucho la pregunta que hubo formulado Ky, llevandose los palillos a la boca pensativo, sosteniendo en la otra mano el bol de arroz.
- Mmm...pues realmente no lo se...cuando llegue a los 200 años deje de contar. -Mirando al techo en la misma posicion, intentando recordar. - Mmm...no se cuanto tiempo. - Dijo completamente natural para comer un poco y despues seguir hablando. - Y respecto buen lugar... mal sitio no es, pero tienes que andarte con cuidado y hacer..ciertos "sacrificios" para ganarte la vida.
Sonrio mirando a Ky, con esperanza de que aquella respuesta le sirviese, despues siguiendo comiendo en silencio.

-¿¿¡Doscientos a...!??-se atragantó el joven. Miró asombrado a Suzu hasta convencerse de que no bromeaba.

Desde luego, hay muchas cosas que desconozco de este mundo...

Suspiró y miró su plato, ahora vacío.
-Acabáoslo todo, niños...-dijo.

-Ala! ¿Como va a hacer 200 años que vives aquí? ¡Eso es imposible! Aunque seamos niños no nos creemos esos cuentos -dijo Ren, peleándose con los palillos para intentar comer el arroz. Cuando se le terminó la paciencia empezó a cogerlo con los dedos.

- Sí~ -dijeron al unísono Ren y Ran, cuando Ky les dijo de que lo terminaran todo.

Se rio respecto al comentario de Ren. Despues se levanto y alganzo un par de cucharas para darselas a los gemelos mientras despues recogia los platos ya vacios. Despues se quedo mirandoles, apollandose en la mesa con el cabello callendo sobre sus hombros.
- Pues...si tengo mas de 200 años aunque no lo parezca...y se que tambien tengo mas de 400 incluso pero no se, perdi la cuenta tiempo atras. - Ladeo ligeramente la cabeza hacia un lado, pensativo.

Ren cogió la cuchara y empezó a devorar la comida, por venganza a que antes no hubiera podido hacerlo. Ran no fue tan bestia como su hermano y comió pacíficamente.

- Zo puedef zened zanzo azo!! (no puedes tener tantos años!) -dijo Ren, con la boca llena de comida.

-Magia...-susurró Ran.

Ren tragó su comida.
- Tengo más hambre.

-No es bueno comer mucho justo antes de irse a dormir-susurró Ky, fulminando con la mirada a su hermano menor.

Aunque el sol apenas estaba poniéndose, Ky decidió que lo mejor sería intentar convencer a sus hermanos de que ya era hora de acostarse...O más bien intentaría convencer al más rebelde, Ren. Con Ran no tendría tantos problemas...esperaba.

Recogió los platos de los niños y los miró, haciendo un esfuerzo por parecer convencido:
-A la cama. Habéis tenido suficientes emociones por hoy.

Sonrio al ver la escena a pesar de que entre ellos se picasen. Se coloco bien el kimono y el cabello y despues se dirigio a salir de la cocina.
- Ire a dar un paseo, ¡ya nos veremos! Sentiros como en casa. - Les sonrio y se despidio con la mano. Decidio por su cuenta que volveria al harem para ver si asi hacia algo mas, asi que salio por la puerta encaminandose al lugar.