Tras despedirse de Suzu, volvió a encararse a sus hermanos, agarrando a Ren de la tela del yukata antes de que pudiera escapar.
-Yo te veo bastante cansado, hermanito-sonrió, triunfal, al verle bostezar-Así que, ¡a la cama!
Le hizo una seña a Ran para que lo siguiera; de Ren, como no se fiaba, optó por levantarlo del suelo y llevarlo consigo en brazos.
Suspiró mientras reflexionaba:
Suzu,"¿él" no está cansado? Este viaje debe de haber confundido del todo a este chico, ya no diferencia una mujer de un hombre...
-Créeme Ren, necesitas dormir...